Las tablas de madera son duraderas, resistentes y estéticamente únicas. Cada una tiene vetas e imperfecciones que la hacen especial. Pero para que se mantengan como nuevas durante años, necesitan algunos cuidados simples y esenciales.
Acá te explicamos todo lo que tenés que saber para cuidarla como corresponde.
1. Aceitado regular: el secreto para que dure años
El aceite es el mejor aliado de la madera.
- Usá aceite vegetal o mineral de grado alimenticio.
- Aplicalo con un paño o servilleta, dejá que absorba y retirá el exceso.
- Repetí el proceso cada 15 a 30 días, dependiendo del uso.
El aceitado:
1. Nutre la madera
2. Evita que se reseque o se agriete
3. Repele la humedad
4. Realza el color y las vetas
2. No ponerla al sol
El sol es uno de los peores enemigos de la madera.
La exposición directa provoca:
- Resequedad
- Pérdida de color
- Deformaciones o torceduras
Lo ideal es dejarla secar a la sombra, siempre en un lugar ventilado.
3. No apta lavavajillas
Las tablas de madera no deben ir nunca al lavavajillas.
Las altas temperaturas, el vapor y los detergentes abrasivos pueden:
- Hinchar la madera
- Dañar las uniones
- Provocar grietas
- Arruinar la protección superficial
Lavala a mano y con agua tibia.
4. No dejarla sumergida en agua
La madera es porosa, por lo que si queda sumergida absorbe agua y se deforma.
Es fundamental evitar:
- Dejarla dentro de la pileta
- Dejarla “en remojo”
- Apoyarla sobre superficies mojadas durante mucho tiempo
Limpieza ideal:
- Usá una esponja.
- Usá detergente neutro.
- Secala con un paño o dejala escurrir en un lugar seco.
5. Desinfección correcta
Para eliminar olores o bacterias, podés usar:
- Limón + sal gruesa
- Un chorrito de vinagre blanco
- Bicarbonato en zonas con manchas
Solo frotá, dejá actuar unos minutos y enjuagá. Después secá bien.
6. Secado adecuado
Secala siempre:
- De pie o apoyada sobre el canto
- En un lugar ventilado
- Sin contacto con humedad
Esto evita hongos y alarga muchísimo la vida útil.
En resumen
Tu tabla de madera va a durar años si:
- La aceitás regularmente
- No la mojás en exceso
- No la exponés al sol
- No la metés al lavavajillas
- La secás siempre después de usar
- La desinfectás con productos suaves
- Le das un mantenimiento ocasional
